
La historia de la tierra mágica de Paihuano
En el corazón de la Región de Coquimbo, la comuna de Paihuano ha tejido su historia a lo largo de los siglos, desde los días vibrantes de las culturas indígenas precolombinas hasta la actualidad dinámica.
Bajo el cielo estrellado, las huellas de la cultura MOLLE se manifiestan en las tierras de Paihuano, revelando una sociedad sedentaria que cultivaba la tierra y trabajaba la piedra, el cobre y la greda con habilidad. Posteriormente, la llegada de la cultura DIAGUITA dejó su impronta en aldeas semi-estables dedicadas a la agricultura y la ganadería.
Sin embargo, la historia de Paihuano se entreteje con conflictos y cambios. La invasión del Imperio Inca trajo consigo una transculturación que modificó las costumbres y tecnologías, marcando un periodo de transformación.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la región se vio envuelta en la conquista. La fundación y posterior destrucción de La Serena en 1549 representó el choque de culturas, marcando el inicio de la presencia española en el Valle de Paihuano.
A pesar de la resistencia indígena, la población Diaguita sufrió un declive significativo debido a la expulsión de sus tierras, trabajos forzosos y la devastación causada por enfermedades importadas de Europa. Sin embargo, de esa mezcla de tragedias y resistencia surgió una nueva generación con rasgos valientes, humildes y emprendedores.
En 1606, se asignaron las primeras tierras en las riberas del Río Amipum, marcando el comienzo de la distribución y herencia de tierras en la región. Este acto simboliza el arraigo de las comunidades en un territorio lleno de historia y cambios.
El 22 de diciembre de 1891, durante el gobierno de Jorge Montt Álvarez, nació la Ilustre Municipalidad de Paihuano, consolidando su presencia administrativa y territorial. A pesar de los cambios impuestos por la regionalización en 1975, que afectaron la distribución de territorios, la esencia y la rica historia de Paihuano siguen resonando en cada rincón de esta comuna chilena. Un lugar donde el pasado se entrelaza con el presente, y cada atardecer cuenta una historia que se funde con el paisaje eterno del Valle de Paihuano.