Satisfacción, aumento en la atención y el interés, sentirse relajado y la disminución del enojo y la ansiedad son solo algunos de los aspectos positivos a los que puede exponerse si se mantiene a menudo en contacto con la naturaleza.
Un estudio reciente efectuado por el Instituto de Salud Global de Barcelona expone que aquellos adultos, quienes durante su infancia se relacionaron más con la naturaleza, podrían desarrollar una mejor salud mental.
El pediatra René Bolaños Peña comenta que la oxigenación del cerebro, la mejora de la capacidad pulmonar, la limpieza del sistema respiratorio y el aumento de las defensas del sistema inmunológico se generan cuando un niño se expone a actividades al aire libre, por lo que recomienda realizarlas un mínimo de una vez a la semana.
Cuidar el medio ambiente es también procurar el cuidado personal (Foto Mirador Valle de Alcohuaz). Pero en la vida adulta también es necesario estar en contacto con la naturaleza.
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